Indiferencia


 

 

 

Porqué preocuparse por el parkinson? Porque preocuparse si no es una enfermedad radicalmente agresiva? Porqué preocuparse si no es mortal y sus índices de afectación se centran entre la población menos activa?

 

Se me ocurre responder: porque no se puede ser INDIFERENTE.

 

Pero el planteamiento no es tan obvio. La sociedad moderna concentra sus principales valores en los resultados, en lo producido. En este sentido lo importante es lo que haces sobre lo que se “es”.

 

Sucede que el hombre de mi época, intenta realizarse mediante valores económicos. En esta sociedad productiva la “capacidad”, la utilidad, el éxito y el rendimiento son las virtudes para promover y facilitar el reconocimiento social.

 

¿Qué puede ser más importante que la carrera, el trabajo y los ingresos? Esto es precisamente lo que llamo un pensamiento productivista y burocrático. Así me lo dejan ver los profesionales del “dedo” -que no entienden lo que dicen- cuando se ufanan y felicitan  por incrementar la longevidad. No es un tema de su interés, no les e$ redituable.

 

El psiquiatra y filósofo vienés Viktor Frankl nos llama la atención sobres lo que es primario y fundamental para vivir dignamente como humanos; él lo llama el sentido de la vida.

 

Yo creo que el sentido de la vida pasa por los deberes y compromisos personales. En hacerme cargo de mí mismo y no atribuir a los demás las deficiencias de mis acciones.

 

Pero lo decisivo es que el hombre sano o enfermo, hábil o torpe, exitoso o víctima del fracaso, longevo o joven, sea tratado dignamente. Pues como opina el Dr. Ulises Rodríguez entre los “símbolos del humanismo y civilidad de una sociedad (…) los más importantes son el respeto a la vejez y a la enfermedad”.

 

Por ello, ante la indiferencia hay que sensibilizar y promover un trato ético, pues “El individuo longevo sano y el enfermo incluyendo al paciente con Parkinson tienen el derecho de tratamiento completo por parte del estado, tienen derecho a ser catalogados como portadores de un padecimiento altamente limitante y tienen derecho a ser tomados en cuenta en todos los ámbitos de la sociedad”.

 

Lo decisivo es anteponer a la indiferencia, la integridad moral de los que aun teniendo parkinson, no les tiembla el pulso para tomar las decisiones del día a día.

 

 

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